domingo, 25 de agosto de 2019

Como diria Artaud ''Eu nao nasci ainda e isso é tão certo quanto um bife com batatas fritas''

...te extraño [Étranger], dirá la traducción corriente, está muerto, loco y enterrado. Sus pasos le encaminan en la noche, como un espectro [revenant], hacia los albores del alba de aquello que todavía no ha nacido, hacia lo ingenerado (das Ungeborene), Artaud diría, tal vez, lo in-nacido.
«Espectro» [«Revenant»] no es una palabra de Heidegger, y no le gustaría sin duda que se la impusieran, en razón de las connotaciones negativas, metafísicas o parapsíquicas que él se apresuraría a descubrir en ella. Sin embargo, no la borraré, en razón del espíritu, de todos los desdoblamientos del espíritu que nos esperan todavía y, sobre todo, en razón de aquello que, a mi parecer, la invoca en el texto de Trakl, al menos tal y como yo lo leo. Pero más aún por fidelidad a aquello que, en el texto mismo de Heidegger, presenta el ir y venir de esta palabra como un re-tornar [re-venir] de la noche hacia el alba, y finalmente como el retorno [revenir] de un espíritu. Para comprender este re-torno [re-venance] que va hacia la mañana más matinal, para entender que el fin del «verwesenden Geschlechtes», de la estirpe en descomposición, precede al comienzoque la muerte llega antes del nacimiento, y lo «más tarde» antes que lo «más temprano», hay que acceder precisamente a una esencia más originaria del tiempo. Hay que regresar [revenir] a un «antes» de esta interpretación del tiempo que rige, al menos desde Aristóteles, nuestra representación. En cuanto fin del verwesenden Geschlechtesel fin parece preceder al comienzo (Anbeginn) de la estirpe ingenerada (des ungeborenen Geschlechtes). Pero este comienzo, esta mañana más matinal (die frühere Frühe), se ha levantado ya, ha sobrepasado, en realidad precedido (überholt) al fin. Y la esencia originaria del tiempo (das ursprüngliche Wesen der Zeit) habrá sido precisamente preservada en este archi-origen. Si no se comprende cómo el fin parece preceder al comienzo, es porque esta esencia originaria ha permanecido oculta bajo un velo. Seguimos todavía prisioneros de la representación aristotélica del tiempo: sucesión, dimensión mediante un cálculo cuantitativo o cualitativo de la duración. Esta dimensión puede representarse de manera ya sea mecánica, ya sea dinámica, ya sea incluso en relación con la desintegración del átomo.[xcii]
Una vez más, después de un inmenso recorrido, es desde un pensamiento más originario del tiempo como nos abriremos a un pensamiento más apropiado del espíritu.

Jacques Derridá

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