5.° De acuerdo en lo que concierne a Bataille (cf. La escritura y la diferencia, p. 397, n. 1).
Posición (de la alteridad): teniendo en cuenta el punto 2 (ver más arriba), no hay ningún desacuerdo entre nosotros y, como decía en la entrevista, no puedo recibir su hincapié sobre este punto como una adicción o una objeción a lo que he escrito. ¿Por qué, no obstante, la palabra “posición” me parece que debe manejarse con prudencia?
1. Si la alteridad del otro está planteada, quiero decir solamente planteada, ¿no revierte a lo mismo, bajo la forma, por ejemplo, del “objeto constituido” o del “producto informado”, investido de sentido, etc.? Desde este punto de vista, diría incluso que la alteridad del otro inscribe enla relación lo que no puede en ningún caso “plantearse”: La inscripción, tal y como la definiría a este respecto, no es una simple posición: más bien es por lo que toda posición es abortada (différance): inscripción, marca, texto y no solamente tesis o tema-inscripción de la tesis. Pero quizá la discusión sobre este punto, entre nosotros, reposa sobre un malentendido “verbal”, “nominal”. Y siempre se puede volver a definir, con la misma palabra (detracción, injerto, extensión), el concepto de posición.
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