Economímesis - Derrida-
traducción. J. F. Mejía M.
Jacques Derrida -
Economimesis
En
lo más alto de las artes parlantes, la poesía. Ella está en lo mas alto (den
obersten Rang) por que emana casi totalmente del genio. Por lo tanto, se sitúa
en la mayor proximidad, en virtud de su “origen”, de esta productividad libre
que rivaliza con la de la naturaleza. Es el arte que imita menos y que, por lo
tanto, semeja más la productividad divina. Ella produce más liberando la
imaginación, juega más porque las formas de la naturaleza sensible externa no
alcanzan a limitarla. Desatando la imaginación productiva, la poesía hace
saltar los límites de las demás artes. “Ella extiende el espíritu, poniendo en
libertad la imaginación, presentando (darbitet), dentro de los límites de un
concepto dado, entre la infinita variedad de formas que pueden conformar con
este concepto, la que liga (verknüpf) la presentación (Darstellung) de este
concepto a una abundancia de pensamientos (Gedankenfülle), a la que ninguna
expresión del lenguaje (Sprachausdruck) es perfectamente adecuada (völlig adäquat),
y elevándose (sich erhebt) de este modo estéticamente a las ideas. Ella le
fortifica, haciéndole sentir esta facultad libre, espontánea, independiente de
las condiciones de la naturaleza...” [§ 53]
Los
criterios aquí son de presentación (darbieten, darstellen). La poesía presenta
más y mejor -la plenitud del pensamiento [Gedankenfülle]. Ella liga la
presentación (del lado de la expresión) a un pleno de pensamiento. “Liga” mejor
lo que presenta a lo presentado en su plenitud. Ella presenta más y mejor lo pleno,
lo pleno del pensamiento conceptual o lo pleno de la idea, en tanto que ella
nos libera de los límites de la naturaleza sensible. Al ser una arte, un arte
bello, ciertamente ella todavía [se] desprende de la imaginación. Y como todo
lenguaje, resulta inadecuado a la plenitud absoluta de lo no-sensible. Y Kant
habla inmediatamente del “esquema” de lo suprasensible. La imaginación es, por
supuesto, el lugar del esquematismo y el nombre de este arte que se oculta en
las profundidades del alma, pero se comprende mejor aquí que ese arte sea
“hablante” y por excelencia “poético”. ¿Por qué ese privilegio de lo poético?
Mas allá de aquello que la poesía comparte con las artes parlantes en general y
que tiende a la estructura (boca-oreja) del oírsehablar, ¿qué es lo que la
eleva sobre la elocuencia? Su relación con la verdad, más precisamente su
autenticidad, su sinceridad y lealtad, su fiel adecuación a sí misma, a su
contenido interior si no ad rem: a lo que asegura, en la presentación, lo lleno
de sentido, lleno de pensamiento presentado. Estos valores no son estricta o
inmediatamente morales. La instancia moral misma deriva o depende del valor de
presencia plena o de palabra (parole) plena. Cuando el poeta da más de lo que
promete, da un regalo (present), un auténtico don. No engaña pues presenta una
plenitud al pensamiento (Gedankenfülle) pero también porque el confiesa que
juega con la imaginación con esquemas inadecuados: “Ella juega con la
apariencia que elabora (bewirkt) a voluntad, pero sin engañar por esto; porque
ella misma declara a su obra como un simple juego, un juego que siempre puede
ser dirigido por el entendimiento de manera conforme a sus propias operaciones”
[§ 53]. La poesía no engaña al decir que ella juega además su juego,
auto-afección que elabora la apariencia sin limitación externa, “a voluntad”
está seriamente al servicio de la verdad. El valor de la presencia plena
garantiza a la vez la verdad y la moral de lo poético. La plenitud no puede
cumplirse mas que en la interioridad del oírse-hablar y la formalidad poética
favorece la interiorización: ella prescinde de la ayuda de todo contenido
sensible externo. La elocuencia por el contrario define un arte de engañar, de
frustrar por medio de las bellas apariencias, por medio de los artificios de
presentación sensible (sinnliche Darstellung), por las máquinas de persuasión
(Maschinen der Überredung) . La condena clásica de la máquina significa
justamente que el discurso produce efectos sobre los otros sin que la intención
venga a animar y a completar la palabra. De alli, la vida falsa, el simbolismo
vacío de estas technai sofísticas.
Si
el arte es expresivo, si la palabra expresa más que los otros modos de expresión,
la palabra poética es por su parte la palabra más parlante. La interioridad se
produce y se guarda mejor en su plenitud. Y ella produce no solamente el placer
desinteresado más moral y más verdadero, el más presente, el más elevado pero
también el más positivo. Un placer sin premio. Al romper el intercambio de
valores, al dar más de lo que se le pide, la palabra poética está a la vez
fuera del comercio, al menos fuera del comercio finito, sin valor determinado y
de valor infinito. Ella es Economímesis - Derrida- traducción. J. F. Mejía M.
39 Jacques Derrida - Economimesis el origen del valor. Todo se mide con la
escala en la que ella ocupa la altura absoluta. Ella es el equivalente
analógico general y el valor de los valores. Es en ella que el trabajo del
duelo, al transformar la hetero-afección en auto-afección produce el máximo
placer desinteresado.
*
En
ese sentido lo bello tiene una relación esencial con la visión toda vez que
ella consuma (consomme) menos. El duelo supone la vista. La pulcritud vaga se
da sobre todo a ver y, al suspender la consumación por el theorein , forma en
la naturaleza un objeto de gusto puro. La poesía, en tanto que arte bello,
supone un concepto anterior y da lugar a una belleza más adherente en un
horizonte de moralidad más presente.
*
“¿Hay
una vicariance de los sentidos (Vicariat der Sinne), la utilización de cada
sentido con miras a hacerlo tomar el lugar de otro?
*
“ El
sentido interno no es la apercepción pura, una conciencia de lo que el hombre
hace, pues esta surge de la facultad de pensar, pero lo que el hombre prueba (éprouve)
en la medida en que esté afectado por el juego de su propio pensamiento. La
intuición interna, por consecuencia, la relación de las representaciones en el
tiempo (bien sean simultáneas o sucesivas), está en el fundamento de esta
conciencia. Sus percepciones y la experiencia interna (verdadera o aparente)
compuesta por su relación no corresponden simplemente a la antropología , donde
se soslaya la pregunta de si el hombre posee un alma (como sustancia
intemporal, singular) o no . Pero la psicología en la que creemos percibir en
sí, una cosa tal y dónde el espíritu, representa a propio título de pura
facultad de sentir y de pensar, Economímesis - Derrida- traducción. J. F. Mejía
M. 43 Jacques Derrida - Economimesis es considerada cómo sustancia particular
habitando en el hombre.- Además no hay más que un sentido interno pues no tiene
órganos diferentes para los cuales el hombre recibe una impresión interna de sí
mismo” [ § 24.] (trad. , Foucault, corregida)
*
Si
el oírse-hablar, en la medida en que también pasa por cierta boca, transforma
todo en auto-afección, asimila todo al idealizarlo en la interioridad, domina
todo al hacer su duelo, renunciando al tacto, a digerirlo naturalmente, sino
digerirlo idealmente, consume aquello que no consume y viceversa, produce el
progresivo desinterés en la posibilidad de enunciar los juicios, si esta boca
preside un espacio de analogía en el que ella no se deja incluir, es desde el
irremplazable lugar de este enorme “fantasma” (“phantasme”) (pero uno no sabe
lo que es un fantasma antes al sistema de estos efectos) que ordena el placer,
cual es el limite del desbordamiento absoluto de esta problemática?¿
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