quarta-feira, 25 de setembro de 2019

No dice nada, propiamente dicho; es la urgencia de lo que anuncia, vinculada a una exigencia impaciente y siempre excesiva, puesto que el exceso es su única medida


No dice nada, propiamente dicho; es la urgencia de lo que anuncia, vinculada a una exigencia impaciente y siempre excesiva, puesto que el exceso es su única medida

Lo que resuena es la llamada o la inyunción política, el compromiso o la promesa (el juramento, si se quiere: «¡jurad!», swear!), esa performatividad originaria que no se pliega a convenciones preexistentes, como lo hacen todos los performativos analizados por los teóricos de los speech acts, pero cuya fuerza de ruptura produce la institución o la constitución, la ley misma, es decir, también el sentido que parece, que debería, que parece deber garantizarlo en reciprocidad. Violencia de la ley antes de la ley y antes del sentido, violencia que interrumpe el tiempo, lo desarticula, lo desencaja, lo desplaza fuera de su alojamiento natural: out of joint. 

Y no nos dice nada, propiamente dicho; es la urgencia de lo que anuncia, vinculada a una exigencia impaciente y siempre excesiva, puesto que el exceso es su única medida: así, al llamar a la lucha e incluso (cosa que nos apresuramos en destacar) al postular el «terror democrata» al recomendar el «golpismo permanente» y al designar, siempre, el sabotaje liberal de los media no como una necesidad ética ä plazo sino como una inminencia, para citar Borges, ''la iminencia de una revelación que no se produz nunca'', pues es carácter propio del terrorismo democrata el no ofrecer demora a sus nadas. 

Nenhum comentário:

Postar um comentário